jueves, 23 de febrero de 2012

Incentivar.

Tu fragilidad se disolvió en mi copa de cianuro, no te asustes, no es hora de beberla. No es para cuando te sientas debil, sino fuerte y valiente para libarla completa, sintiendo su pureza suicida y venenosa.  No te quedes atras, adelantate, seras reina de la muerte, de los cuerpos sin vida llenos de este hermoso veneno. Si, envenenados, y no solo por el cianuro, envenenados por la vida que tuvieron que llevar. La vida los abandonó, se olvidó de ellos, los golpeó hasta quedar inmóviles, sin vida.  Ahora, el momento llegó. Espera, no la tomes con tanto apuro, se obsesiva, ama esa copa, ama lo que te llevará a la gloria de morir. Primero observa ese bello tóxico tras los cristales.  Tranquila, tranquila... liba toda la copa, asi es. Perfecto, es perfecto, un suicidio con lagrimas y maquillaje corrido decorando tus mejillas. No quería que vueles tu cabeza, no podría admirar y contemplar tu belleza mortal, tampoco quería desastres en la alfombra. Tu semblante se ve fatal, es perfecto, todo esto lo es. Te estás yendo, te fuiste, no vas a volver. Te ves casi como antes. ¡Estás muerta! Como siempre lo deseé, desde que te vi la primera vez; llevabas demasiada ternura para este mundo cruel. 

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